La Palma, conocida como la “Isla Bonita” de Canarias, es un destino que sorprende con su belleza natural y paisajes impresionantes. A pesar de su tamaño, alberga una asombrosa variedad de entornos naturales, desde frondosos bosques centenarios hasta imponentes volcanes. Si hay algo que define la experiencia en la isla, es el senderismo, la mejor forma de descubrir sus tesoros. Cada año, viajeros de todo el mundo llegan para recorrer sus espectaculares rutas entre montañas y paisajes únicos.
Explora la capital: Santa Cruz de La Palma
Ubicada en la costa este de la isla, Santa Cruz de La Palma es una encantadora ciudad con un profundo legado marinero y un valioso patrimonio histórico. Declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico-Artístico, invita a recorrer su Calle Real, con calles adoquinadas y coloridas fachadas, y su Avenida Marítima, donde la brisa del Atlántico acompaña cada paso.
Un paraíso natural en el corazón de La Palma
El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, en El Paso, es una de las joyas naturales más impresionantes de La Palma. Este enorme cráter esculpido en el centro de la isla alberga rutas de senderismo fascinantes, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor.
Además de sus paisajes espectaculares, es un lugar ideal para acampar y pasar la noche bajo un cielo estrellado. Eso sí, te advertimos… las vistas son tan increíbles que dormir será lo último en tu lista. Y por la mañana, ya nos dirás si coincidimos: la Caldera de Taburiente es, sin duda, una de las mejores experiencias en La Palma.
Donde el cielo y la tierra se encuentran
El Observatorio del Roque de los Muchachos, en Villa de Garafía, es uno de los complejos astronómicos más avanzados del mundo. Gracias a los cielos despejados y libres de contaminación lumínica durante la mayor parte del año, La Palma se ha convertido en un referente mundial para la observación de estrellas y el universo.
Pero no solo es un destino para astrónomos. El Roque de los Muchachos es el techo de La Palma, un lugar donde el paisaje montañoso se funde con el cielo infinito. Si lo visitas, aprovecha para recorrer sus senderos, admirar las impresionantes vistas y sentir la magia de estar en lo más alto de la Isla Bonita.
Un viaje a la selva de La Palma
Pasear por un bosque de tilos puede no parecer una de las experiencias más emocionantes… hasta que visitas el Bosque de los Tilos, en San Andrés y Sauces. Este frondoso rincón, lleno de vida y de un verde intenso, te hará sentir como si te adentraras en una selva encantada, donde bien podrías cruzarte con un duende entre los helechos.
Además de su belleza natural, es un espacio accesible para todos, con rutas adaptadas y una atmósfera mágica que lo convierte en una auténtica aula al aire libre. Si buscas un lugar para conectar con la naturaleza en estado puro, Los Tilos es una parada imprescindible en tu viaje a La Palma.
Un sendero entre fuego y belleza
La Ruta de los Volcanes, que atraviesa Fuencaliente y El Paso, es una de las rutas de senderismo más espectaculares de La Palma. Forma parte del GR 131 y recorre 31 kilómetros de paisajes volcánicos impresionantes, donde la fuerza de la tierra se hace sentir en cada paso.
El recorrido completo toma alrededor de 8 horas, aunque existen versiones más cortas para quienes prefieren una experiencia menos exigente. Aquí, entre cráteres, coladas de lava y vistas infinitas, descubrirás la energía latente de los volcanes dormidos. Caminar por este sendero es una conexión única con la naturaleza y la historia geológica de la isla. ¿Listo para dejarte llevar por la magia de La Palma?
Un baño natural en el Atlántico
Sumergirse en el agua salada siempre es un placer, pero hacerlo en una piscina natural es aún mejor. Las Piscinas de la Fajana, en Barlovento, ofrecen un rincón perfecto para disfrutar del océano con total seguridad.
Este complejo cuenta con tres piscinas naturales, alimentadas directamente por el Atlántico, ideales para un baño refrescante en cualquier época del año. Gracias a su entorno protegido, son perfectas para toda la familia, combinando la fuerza del mar con la tranquilidad de sus aguas. Un plan imprescindible para relajarse y disfrutar de La Palma al máximo.
Belleza salvaje en estado puro
Situada en Puntallana, la Playa de Nogales es una de las joyas naturales de La Palma. Su arena negra volcánica, rodeada de acantilados imponentes, crea un paisaje espectacular que transmite una sensación de paz y libertad.
Eso sí, aquí la naturaleza manda: las corrientes y el oleaje pueden ser fuertes, por lo que es importante extremar las precauciones. Pero si buscas un rincón donde la palabra “abarrotada” no existe y la belleza se mantiene intacta, este es tu lugar. Un imprescindible para los amantes del mar y la tranquilidad.
Un paraíso natural para un baño inolvidable
Aunque La Palma no es famosa por sus playas, sí es hogar de auténticos tesoros naturales para disfrutar del agua. Uno de los más destacados es el Charco Azul, un conjunto de piscinas naturales en San Andrés y Sauces, donde el mar y la roca han creado un entorno espectacular.
Gracias a las mejoras realizadas en 2013, este rincón se ha convertido en un espacio perfecto para el baño, con piscina infantil, solárium, vestuarios, duchas, escaleras de acceso al agua y aparcamiento gratuito. Un lugar donde la naturaleza y la comodidad se combinan para ofrecer una experiencia refrescante e inolvidable. ¡No te lo pierdas!
Un sendero entre laurisilva y helechos gigantes
Si hay algo que define a La Palma, es el senderismo, y el Cubo de la Galga, en Puntallana, es una de las rutas más mágicas para perderse en plena naturaleza. Este exuberante bosque de laurisilva, parte del Parque Natural de Las Nieves, te transporta a un paisaje primitivo donde los helechos gigantes y la vegetación densa crean un ambiente casi irreal.
La ruta completa toma unas 3 horas y 45 minutos, aunque el tiempo puede variar según las paradas que hagas para disfrutar de este increíble entorno. Si buscas un paseo inmersivo por la naturaleza más pura de La Palma, este es el lugar.
Un paseo entre historia y naturaleza
El drago, una de las plantas más emblemáticas de la Macaronesia, tiene en La Palma uno de sus rincones más espectaculares: los Dragos de Buracas, en Las Tricias, Garafía. Este enclave alberga una de las mayores concentraciones de estos árboles legendarios, creando un paisaje único que combina naturaleza y tradición.
Un paisaje salvaje esculpido por el mar
En el aislado y poco conocido Mirador de Santo Domingo de Garafía (también llamado El Serradero), se esconden algunas de las vistas más impresionantes de la costa norte de La Palma. Desde este punto, accesible siguiendo las señales hacia el cementerio y el puerto, se pueden admirar los imponentes roques que emergen del Atlántico, como el Roque de las Tabaidas, el Roque del Guincho y el Roque de Santo Domingo.